jueves, 21 de noviembre de 2019

Los 21 de noviembre siempre serán tuyos...


Me acuerdo de este día como si fuera ayer.
Tenía 6 años aproximadamente...

Mi abuelo era una persona especial.

Un carácter difícil, cabrón, se agarraba a las piñas sin problema, le ha echo alguna que otra macana a mi abuela, de esas imperdonables... también tenía un corazón grande, bondadoso y justo pero no tenía constancia en sus formas entonces hacia forradas y de pronto te demostraba q era un buen tipo.


El me puso mi primer apodo. 
Nunca me molestó. 
Nunca nadie me dijo como el lo hacía.


Nos traía golosinas, figuritas con sus respectivos álbumes y también nos ponía a trabajar.
Jugábamos con el, nos hacía disfrazar, nos sacaba fotos... 
Fue una infancia divertida a pesar de todo el resto.


Como decía, este día lo recuerdo como si fuera ayer... 

Mi abuelo tenía una ceremonia todas la tardes... tomaba mate solo en la cocina, nosotros pasábamos por ahí y lo veíamos, a veces nos acercábamos porque se hacía sándwiches de galletita de agua con manteca o fiambre y nos compartía... 
Leía el diario y nos hacía leerle... 
Protestaba varias veces.

Ese día yo boludeando con los anteojos que se le habían roto a mi madre me acerco como siempre... 
Me pide que le lea el diario...
Dice que me va a sacar una foto, que haga de cuenta que tomo el mate...
A eso le siguió una foto haciendo de cuenta que cocinaba...

El era así, si estaba de buen humor el día era una fiesta...


Cuando tenía 14 años fui a mi primer campamento en el secundario. 
Cuando volví mi abuelo estaba internado.
No entendía mucho que pasaba.
A los pocos días le dieron el alta pero nunca volvió a ser el mismo.
Después de una serie de cambios y complicaciones nos dan la noticia. 
Cáncer. Más precisamente un tumor en la cabeza.
Al tiempo lo operaron...
Confieso que verlo después de semejante operación impactaba.
El último día que lo vi lúcido fue un 23 de diciembre, todos se habían ido de casa, estábamos mi hermano mayor, mi abuelo y yo.
Quiso jugar a las cartas con nosotros, era tan hábil con las cartas. Te daba vuelta como una media, sabía siempre q tenías sin si quiera mirar las cartas. Obvio q gano.
Quiso escuchar la yumba. La canción que me cala hondo el corazón, la que si escucho no puedo evitar largrimear.
Amaba a Pugliese mi abuelo... profundamente.
De vez en cuando repartía sus cosas "vos quedate con esto"... Repartía sus pertenencias como si supiera que ese día iba a ser el último.
En un momento de la tarde le dió frío. 
Al rato llegaron mis viejos y mi abuela. 
Tenía fiebre.
Tuvimos que llamar a la ambulancia.
Lo internaron y nunca más volvió.


Una mañana llamaron a casa.
Me acuerdo patente.
Dieron la peor noticia q podíamos esperar aunque en ese momento fue lo mejor que le pudo pasar.


(Estuvo en coma varios días.
Pasamos navidad y año nuevo en el hospital.)


Esa mañana soñé con el. 
Fue parecido a ese último día que lo ví lúcido aunque en ese sueño solo nos mirábamos. 
Cuando me desperté ya sabía lo que no sabían cómo decirnos.

La próxima imagen que tengo de ese día es verme abrazando un almohadón que usó en los últimos días que estuvo en casa, tenía su perfume. 
De alguna manera pensé que todavía estaba conmigo.

No recuerdo haber echo esto, detenerme a recordar ese día como hoy.

Hace 16 años que falleció. 
Y hoy me duele casi como ese día.


Gracias por hacernos reír siempre.
Gracias por ser un abuelo tan bueno.
A pesar de todo te voy a amar como cuando era chica y esperábamos q vuelvas.

Me hubiera gustado tanto tenerte en estos momentos.


Feliz cumpleaños Nono. 
Dónde sea que estés. 

Siempre te voy a tener en mi recuerdo y en mi corazón.